Ferrera con el primero. Expectación y abarrotados tendidos. |
Una vez más un petardo de Adolfo. Una moruchada de campeonato. Y ya van muchas. Este ganadero vanagloriado por algunos tiene un ganado morucho. Lejano de la bravura. Sin casta, amoruchado.
Dieron al traste con una tarde de expectación y con las ilusiones de público y toreros.
Ferrera muy cerca de los pitones. |
En el cuarto estuvo participativo con el capote y brillante. Aprovechando los viajes del toro entre huida y huida de su mansa condición. Algunas verónicas tuvieron sabor y temple.
Con la muleta se inventó la faena a base de tiempo. Dejando llegar mucho al toro y echándole los vuelos al hocico y flamenado la muleta con las muñecas. Se encajó de riñones y corrió la mano en unos circulares a cámara lenta. Lo repitió con la mano derecha y sin la ayuda de madera. Los muletazos de mano baja y precioso trazo calentaron al público. Entusiasmo, entrega sincera, esfuerzo y conocimiento en Antonio Ferrera. Madurez y poso barroco.
Relajado y encajado al natural. |
Javier Castaño tuve un lote infame. y él estuvo infame con la espada. Un desastre. Muy preocupante su manejo de los aceros durante toda la temporada. Debe de aprender con urgencia o le costará caro. No es de recibo entrar a matar de esa forma tarde tras tarde.
Castaño no tuvo su tarde. |
Iván Fandiño estuvo bien con el tercer morucho. Pero no se podia levantar el vuelo. Con el sexto más de lo mismo. Tampoco estuo fino con los aceros en ninguno de sus toros. Mala estrategia de su apoderado, apuntarse a esta ganadería. Era un petardo anunciado. Una adolfada más llena de moruchos y mansedumbre.