La grandeza de Enrique
Ponce.
Ponce herido y maltrecho, camino a la enfermeria. |
Sucedia la semana pasada en las Fallas de Valencia. Ponce hacia su primer paseillo en su feria, en su tierra. Su primer toro serio y enrazado le exigió mucho. Y el maestro le plantó cara y lo dominó y toreó con poder y empaque. Con una afición desmedida, como si de un principiante se tratara, se tiró a matar siendo enganchado y posteriormente corneado y zarandeado bruscamente por el toro.
Ponce enganchado al entrar a matar. |
Se
levantó con la clavícula hecha pedazos y una cornada en la axila.
Maltrecho por la gran paliza no dejaba de mirar al palco para ver si
su faena y su entrega eran premiadas por la presidencia.
Se
sintió feliz al ver las dos orejas concedidas. Su esfuerzo y su
condición de gran figura quedó demostrada una vez más. El
magisterio de Ponce, de nuevo. Y con un señor
toro. Con tantos años de alternativa a las espaldas y con todo
conseguido en el toreo, el maestro se fajó en una faena de poder y
dominio. Y de valiente.
La
afición, la raza y el amor propio es propia de los grandes del
toreo. Enrique Ponce lo es. Una gran figura del toreo. Sus logros son
casi inigualables.
En
Valencia dictó con gran autoridad su última lección de torería y
magisterio.El toro le corneó con saña. |
Que bien escribes, Paradinas ¡un saludo!
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