ENCERRONAS
DESCAFEINADAS.
Trincherazo de Morante en Ronda. |
Acabamos
de vivir dos acontecimientos voceados como lo más de lo más de la
temporada. Las encerronas de Talavante en Mérida y Morante en Ronda.
El
resultado según los medios ha sido apoteósico. Orejas por doquier y
delirio colectivo. Salidas a hombros con muchedumbre enfervorizada y
sello final de acontecimiento histórico.
Talavante, el cantaor. |
Talavante
con televisión en directo, indultó un novillo de Zalduendo de
comportamiento muy noble. Sin nada que recordara a un toro de
auténtica casta. Muchos pases y mucho forofismo en la grada. Pero
nada extraordinario.
Como
sería la cosa que Talavante se arrancó a cantar por bulerías
mientras daba una tanda por la derecha. En Madrid con los victorinos
no le salía la voz. No es de extrañar que con tan poco toro se
atreva a ser un cantaor.
Simulación de la suerte suprema en el indulto. |
El
resumen de Mérida fue que la tarde tuvo pasajes de buen toreo, pero
no para tirar cohetes y delante de una novillada chica.
Morante
en Ronda encandiló con su arte. Hubo grandes momentos del
intermitente genio del de La Puebla. El capote muy jaleado pero lejos
de sus mejores tardes. Con la muleta pasajes bellísimos con sello de
cante grande. Entrega de Morante y pases de cartel y enjundia. Puso
banderillas con sabor y exposición en un par al quiebro desde una
silla. El que tiene arte lo tiene. Pero causaba sonrojo ver aquellos
pobres animalillos sin pitones, sin trapio y sin picar que le habián
preparado para la fiesta. Por no hablar de un público extasiado que
daba voces antes de saber como iba a terminar el pase. Una verbena
exagerada. Echando la lupa Morante no tuvo la gran tarde que dicen
los revisteros y forofos que allí estuvieron.
Morante con un eral? |
Estos
montajes y jolgorios contrastan con la feria de Dax que se celebró
este pasado fin de semana. Allí se lidiaron toros serios con trapio
y comportamiento encastado. Victorinos, alcurrucenes y torrestrellas
hicieron sudar a los toreros en dos corridas presididas por la
emoción del toro encastado y serio. Destacaron los entregados
toreros. El mismo Morante un dia después de su fiesta de reaparición
se embraguetó con un victorino nada fácil y regaló empaque y
enjundia en sus otros toros. Castella sudó con otro victorino y tuvo
una buena tarde. Nuevamente Fandiño cortó dos orejas a dos
torrestrellas serios. Nuevamente muy ceñido y técnicamente
perfecto. Salió a hombros en buena ley. Padilla estuvo entregado y
cortó oreja de otro extraordinario y bravo torrestrella.
En
definitiva dos caras de la fiesta. Dos raseros de medir a un torero.
Dos tipos de toro y públicos distintos. Me quedo con Dax. Allí la
fiesta es más seria y tiene más importancia. Lo otro es
descafeinado y sin valor. El toreo es más serio que Ronda y Mérida,
con todos los respetos.
Morante en un par de riesgo. |
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