Amantes del Toro

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martes, 5 de agosto de 2014

DAVID MORA; LA CORNADA DE LA TEMPORADA.


DAVID MORA: LA CORNADA DE LA TEMPORADA.



Fue el 20 de Mayo, en San Isidro. El toledano David Mora, en su segunda tarde en la feria se fue a porta gayola a recibir al primero de la tarde. Se jugaba todo esa tarde. Horizonte ralo en contratos. Algo tenía que pasar. Triunfar o morir.
El astifino toro de El Ventorrillo, lo cogió de lleno por el pecho. Zarandeado, arrastrado varios metros como un pelele fue corneado en el último derrote ya en el suelo. El toro arremetió contra sus muslos con los pitones colocados para herir certero. La navajada fue terrible. Se hundió la daga en el el muslo izquierdo. Con un derrote violento le arrancó la femoral. Los toros dan las cornadas con los riñones y este "Deslio"; apretó con todo.
Momento de la terrible cornada.

Toda la plaza se dió cuenta de que aquello era muy grave. Manó la sangre como un surtidor. Gran hemorragia. Caras de impresión entre los profesionales. El toreo en su versión más dramática. Un muslo partido en dos. La incertidumbre de las consecuencias de tan terrible cogida sobrevolaban el ambiente enrarecido de una trágica tarde que acabaría antes de tiempo, por la cogida de los dos compañeros restantes del cartel.
Pasaron las semanas y David Mora, salvado por la eminencia, el doctor García Padrós, no recuperaba la movilidad de su pierna. Cojera ostensible y falta de sensibilidad. Neuropatía aguda. Los nervios no respondían. La musculatura tampoco. La preocupación del torero era palpable. Su feria de Pamplona pasó, perdiendo sus compromisos.
No llegaba la mejoría.

David Mora ayer, tras la operación.
Pero ayer pasó de nuevo por el quirófano y los resultados de la larga intervención parecen ser esperanzadores. Los nervios parecen no estar dañados y hay esperanzas y buena respuesta de la pierna. Ojalá sea el principio del fín del calvario de David Mora.
La dureza del toreo, otra vez al descubierto. Antes de Mora hubo otros muchos que quedaron inútiles para la profesión por un percance maldito. Cornadas siempre dieron y darán los toros. Y un toro te puede desgraciar en un segundo.
Es la ley de la fiesta. Es el tributo que a veces se paga por ser torero. Ellos lo saben. Viven con ello. Sueñan con la muerte. Son héroes de otro tiempo en los tiempos actuales.
La grandeza del toreo está en eso. Sobreponerse a tabacazos como el que padece David Mora y volver. Soñar con el ruedo y la gloria después de ver como casi se te va la vida por un boquete es propio de un gladiador, de gente de otra pasta.
Desde aquí mi deseo de una total recuperación para un torero que está demostrando una entereza y una hombría de macho. Ojalá se cumplan los buenos augurios de esta reciente operación. Animo y suerte, David Mora.

 

 

 

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