Amantes del Toro

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domingo, 16 de diciembre de 2012

EVOLUCION DEL TOREO DESDE 1898 HASTA 1936.




EVOLUCION DEL TOREO ENTRE EL DESASTRE DE 1898 Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. 

Ambiente de toros a primeros de siglo.
En el año nefasto para España, de 1898, se consolidó la pérdida de las últimas colonias americanas. Terminaba uno de los siglos más horribles de nuestra historia. Guerras civiles, invasiones francesas e inestabilidad política constante durante todo el siglo acabaron en el desastre del 98.
Un famoso titular de un periódico de la época titulaba: “Sin Pulso”.
Las gentes acudían a los toros indiferentes a la catastrófica situación del país y muchos llegaron a empeñar el colchón para poder ir a los toros. La situación era terrible para la patria.
Terminaba el siglo XIX con el dominio de Guerrita como lidiador de moda
Madrid,1903.
que empieza a torear en línea recta.Anteriormente Lagartijo y Frascuelo se habían repartido odios y filias entre los aficionados como las dos grandes referencias de la década de los 80 y 90 de aquel siglo.
 
En aquel toreo se valoraba más el tercio de varas y el de muerte. El toro era muy cornalón y grande. De agreste comportamiento y poca toreabilidad. La selección ganadera no existía. El éxito radicaba en la pericia de los picadores para amoldar al toraco y en la preparación de la res para la muerte limando asperezas en un toreo con pases por un lado y otro ( toreo en "ochos") sin ninguna estructura concreta. La suerte suprema era fundamental para triunfar y de vital importancia para ser considerado un torero importante.
En la primera década del siglo XX aparecen toreros importantes que empiezan a evidenciar cierta evolución; Machaquito, Rodolfo Gaona y Bombita. Son la antesala de la irrupción de los artífices de la Edad de Oro del Toreo.

JOSELITO Y BELMONTE.


José y Juan.
Entre 1910 y 1920 se consolida la edad de oro. El origen del toreo moderno que llega hasta nuestros días. Dos artífices distintos y geniales fueron los creadores.
El sevillano Joselito de la dinastía de los Gallo revoluciona el toreo. Y revoluciona la técnica que hasta entonces era precaria. Maestro lidiador y absoluto dominador de todas las suertes. Su gran aportación es el toreo en redondo ligado. Es el primero que lo hace. Dar series de muletazos por el mismo pitón y en redondo. Es el arquitecto del toreo moderno. Además su sentido del espectáculo y su gran inteligencia le convierten en el gran defensor de la fiesta con una sorprendente visión de futuro. Impulsa fervientemente la construcción de plazas monumentales para llevar más gente a los toros con el abaratamiento de los precios. Se aprovecha de la expansión del ferrocarril y es el primero en la historia en torear cien corridas en una sola temporada. Un hito. Defiende la selección del toro para el nuevo toreo. Un toro más armónico, con pitones más razonables y esencialmente bravos. Los toreros le admiran unánimemente.
Durante esta década surge Juan Belmonte. Trianero genial. Es el artífice de la revolución estética. Frente al dominio de Joselito está el toreo espiritual de Belmonte. La preocupación por la estética. El toreo de quietud; de parar, templar y mandar empieza con Juan. Es el primero que se olvida del cuerpo para torear y se deja llevar por el sentimiento delante del toro. Es el primero que torea al pitón contrario y perfecciona la colocación del cuerpo.
Juan Belmonte.
Prioriza el toreo con los brazos y muñecas frente al toreo basado en las piernas. Una auténtica revolución. El creador del clasicismo.
En esta década gloriosa de la historia del toreo José y Juan ponen las bases del toreo moderno en una fiel y leal colaboración entre estilos distintos. Se admiran mutuamente a pesar de la fuerte división entre sus partidarios. Torean juntos 260 tardes durante cinco temporadas.  Joselito, el rey de los toreros entró en la leyenda en 1920 con su cornada mortal en Talavera.

EDAD DE PLATA DEL TOREO.

Posteriormente Chicuelo aporta al toreo formas de ambos y empieza a quedarse quieto para torear. Su justo valor no desmerece su aportación artística en el contexto de la época.
La muerte de Joselito deja al toreo huérfano de un maestro consumado. Belmonte, el héroe; se mantiene en la cúspide sin su gran rival y amigo. Se queda solo; tirando del carro hasta su retirada definitiva de 1935. Surgen toreros joselitistas y belmontistas. Marcial Lalanda y Domingo Ortega irrumpen con fuerza bebiendo de las nuevas fuentes. Estos años desde 1920 a 1936 se conocieron como la Edad de Plata del Toreo.
La llegada de la guerra civil supone un parón en la fiesta. El desastre del 36 diezmó ganaderías y frustró prometedoras carreras de matadores jóvenes.
Tras la contienda y con un país arrasado surgió otro genio del toreo: Manolete. El tercer vértice del triángulo.Toreo vertical y de mano baja.Él termina de consolidar la herencia de los genios sevillanos que revolucionaron la tauromaquia para siempre.

INNOVACIONES EN LA TAUROMAQUIA ENTRE 1898 Y 1936.

En estos años se producen algunos cambios definitivos en elementos de la lidia. La introducción del peto por orden de Primo de Rivera (que vio salpicado su uniforme por las tripas de un caballo en Aranjuez en 1928) es uno de ellos. En 1855 en Madrid se mataron 191 toros frente a 412 caballos muertos en el tercio de varas. Cada vez eran más las voces que pedían la solución al horrible espectáculo de las tripas y caballos despanzurrados en las plazas de toros. Una orden ministerial de 1928 puso fin a los sacrificios públicos de equinos con la instauración del peto en los caballos de picar.
Asimismo en 1923 se impuso pintar la raya de picar a siete metros de la barrera para delimitar los límites de la suerte de varas poniendo fin a la libertad que hasta entonces tenían los picadores de hacerlo en cualquier parte de la plaza.
Por último la aparición del estoque de descabellar. Algunos accidentes en el momento de atronar al toro moribundo por estoques voladores que hirieron a espectadores llevaron a convocar un concurso para diseñar un estoque especial para ese trance. Vicente Barrera ideó el estoque de cruceta o verduguillo que acabó imponiéndose hasta nuestros días.


Puyazo en Madrid en 1925.

 

 

 

 

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