EVOLUCION DEL TOREO ENTRE EL DESASTRE DE 1898 Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.
En el año nefasto para
España, de 1898, se consolidó la pérdida de las últimas colonias americanas.
Terminaba uno de los siglos más horribles de nuestra historia. Guerras civiles,
invasiones francesas e inestabilidad política constante durante todo el siglo
acabaron en el desastre del 98.
Un famoso titular de un
periódico de la época titulaba: “Sin Pulso”.
Las gentes acudían a los
toros indiferentes a la catastrófica situación del país y muchos llegaron a
empeñar el colchón para poder ir a los toros. La situación era terrible para la
patria.
Terminaba el siglo XIX con el
dominio de Guerrita como lidiador de moda
Madrid,1903. |
En aquel toreo se valoraba
más el tercio de varas y el de muerte. El toro era muy cornalón y grande. De
agreste comportamiento y poca toreabilidad. La selección ganadera no existía.
El éxito radicaba en la pericia de los picadores para amoldar al toraco y en la
preparación de la res para la muerte limando asperezas en un toreo con pases
por un lado y otro ( toreo en "ochos") sin ninguna estructura concreta. La suerte suprema era
fundamental para triunfar y de vital importancia para ser considerado un torero
importante.
En la primera década del
siglo XX aparecen toreros importantes que empiezan a evidenciar cierta
evolución; Machaquito, Rodolfo Gaona y Bombita. Son la antesala de la irrupción
de los artífices de la Edad de Oro del Toreo.
JOSELITO Y BELMONTE.
Entre 1910 y 1920 se
consolida la edad de oro. El origen del toreo moderno que llega hasta nuestros
días. Dos artífices distintos y geniales fueron los creadores.
El sevillano Joselito de la
dinastía de los Gallo revoluciona el toreo. Y revoluciona la técnica que hasta
entonces era precaria. Maestro lidiador y absoluto dominador de todas las
suertes. Su gran aportación es el toreo en redondo ligado. Es el primero que lo
hace. Dar series de muletazos por el mismo pitón y en redondo. Es el arquitecto
del toreo moderno. Además su sentido del espectáculo y su gran inteligencia le
convierten en el gran defensor de la fiesta con una sorprendente visión de
futuro. Impulsa fervientemente la construcción de plazas monumentales para
llevar más gente a los toros con el abaratamiento de los precios. Se aprovecha
de la expansión del ferrocarril y es el primero en la historia en torear cien
corridas en una sola temporada. Un hito. Defiende la selección del toro para el
nuevo toreo. Un toro más armónico, con pitones más razonables y esencialmente
bravos. Los toreros le admiran unánimemente.
Durante esta década surge
Juan Belmonte. Trianero genial. Es el artífice de la revolución estética.
Frente al dominio de Joselito está el toreo espiritual de Belmonte. La
preocupación por la estética. El toreo de quietud; de parar, templar y mandar
empieza con Juan. Es el primero que se olvida del cuerpo para torear y se deja
llevar por el sentimiento delante del toro. Es el primero que torea al pitón
contrario y perfecciona la colocación del cuerpo.
Juan Belmonte. |
Prioriza el toreo con los
brazos y muñecas frente al toreo basado en las piernas. Una auténtica
revolución. El creador del clasicismo.
En esta década gloriosa de la
historia del toreo José y Juan ponen las bases del toreo moderno en una fiel y
leal colaboración entre estilos distintos. Se admiran mutuamente a pesar de la
fuerte división entre sus partidarios. Torean juntos 260 tardes durante cinco
temporadas. Joselito, el rey de los
toreros entró en la leyenda en 1920 con su cornada mortal en Talavera.
EDAD DE PLATA DEL TOREO.
Posteriormente Chicuelo
aporta al toreo formas de ambos y empieza a quedarse quieto para torear. Su
justo valor no desmerece su aportación artística en el contexto de la época.
La muerte de Joselito deja al
toreo huérfano de un maestro consumado. Belmonte, el héroe; se mantiene en la cúspide sin su gran
rival y amigo. Se queda solo; tirando del carro hasta su retirada definitiva de
1935. Surgen toreros joselitistas y belmontistas. Marcial Lalanda y Domingo
Ortega irrumpen con fuerza bebiendo de las nuevas fuentes. Estos años desde
1920 a 1936 se conocieron como la Edad de Plata del Toreo.
La llegada de la guerra civil
supone un parón en la fiesta. El desastre del 36 diezmó ganaderías y frustró
prometedoras carreras de matadores jóvenes.
Tras la contienda y con un
país arrasado surgió otro genio del toreo: Manolete. El tercer vértice del
triángulo.Toreo vertical y de mano baja.Él termina de consolidar la herencia
de los genios sevillanos que revolucionaron la tauromaquia para siempre.
INNOVACIONES EN LA
TAUROMAQUIA ENTRE 1898 Y 1936.
En estos años se producen algunos
cambios definitivos en elementos de la lidia. La introducción del peto por
orden de Primo de Rivera (que vio salpicado su uniforme por las tripas de un
caballo en Aranjuez en 1928) es uno de ellos. En 1855 en Madrid se mataron 191
toros frente a 412 caballos muertos en el tercio de varas. Cada vez eran más
las voces que pedían la solución al horrible espectáculo de las tripas y
caballos despanzurrados en las plazas de toros. Una orden ministerial de 1928
puso fin a los sacrificios públicos de equinos con la instauración del peto en
los caballos de picar.
Asimismo en 1923 se impuso
pintar la raya de picar a siete metros de la barrera para delimitar los límites
de la suerte de varas poniendo fin a la libertad que hasta entonces tenían los
picadores de hacerlo en cualquier parte de la plaza.
Por último la aparición del
estoque de descabellar. Algunos accidentes en el momento de atronar al toro
moribundo por estoques voladores que hirieron a espectadores llevaron a
convocar un concurso para diseñar un estoque especial para ese trance. Vicente
Barrera ideó el estoque de cruceta o verduguillo que acabó imponiéndose hasta
nuestros días.
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