Un buen cartel; de ayer. |
En los corrillos taurinos se comentan las posibles reapariciónes de algunos toreros de cara a la incipiente temporada.
De todos es sabido que los toreros vuelven exclusivamente por dinero. Ellos argumentan que el gusanillo no les deja vivir o que tienen cosas que expresar, que se les quedaron dentro. Pero no hay nada de eso.
Muchas deudas, malas inversiones, el alto tren de vida..apadrinan la necesidad de volver.
Pero volver a vestir el traje de luces es un esfuerzo tan grande que sin el reclamo del dinero no sería posible. Hasta ahora ha sido demostrado que salvo excepciones, estos regresos han sido fugaces y casi siempre desastrosos. Intentar vivir de glorias pasadas, recuperar el calor del público cuando las facultades no acompañan es un desatino.
Para ponerse delante de un toro hay que tener una fortaleza mental enorme y una condición física robusta. La preparación debe ser muy intensa. El toro siempre tendrá cuatro años y toda la barba mientras que el viejo torero nunca podrá ser el de antes aunque su experiencia le engañe para volver a vestir de luces.
Muchos ejemplos de toreros arruinados penando por un puñado de monedas hemos visto en todos los tiempos pasados de la historia del toreo. Arrastrandose por ruedos y aguantando las mofas del respetable muchos acabaron con el rabo entre las piernas desolados en la fría y deshabitada habitación de un hotel donde ya no había mujeres guapas ni partidarios.
Para este 2014 el valenciano "El Soro" que ha sufrido un calvario de operaciones en su inutil rodilla pretende reaparecer en su tierra por Fallas. Julio Aparicio después de su infame temporada de 2012 con corte de coleta tras espantosa tomadura de pelo en Madrid, también ha anunciado su reaparición. Pedrito de Portugal idem, tras varios años sin torear. Espartaco, gran figura en su tiempo, ha anunciado su intención de torear algunas corridas.
El Soro se prepara con una nueva prótesis en su rodilla. |
Ninguno de ellos interesa al público. Y los augurios parecen muy negros para estas tardias aventuras y en el caso de Julio Aparicio suena a desconsideración a la profesión y al público.
Todavia resuenan las últimas broncas de Aparicio. |
Ruiz Miguel hace un par de años, con 62 años, pagó su irresponsabilidad con un grave percance que pudo tener consecuencias serias. Y es que cada cosa tiene su momento, y en el toro más.
Esta profesión es durísima y muy seria. El toro y el respetable siempre ponen a cada uno en su sitio.
Torear a cierta edad, tras años apartado del miedo, del entrenamiento y la mentalización es una temeridad. Solo el dinero motiva a algunos a jugarsela delante de un toro a costa de llevarse un porrazo serio o una chifla del respetable.
Cien por cien de acuerdo, Paradinas.
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