Ayer Talavante fue literalmente apalizado por una muchedumbre descontrolada e irrespetuosa en su salida en hombros de las Ventas.
Zarandeos, empujones, collejas y rebuznos bajunos eran lo que le obsequiaban, los bestiajos que lo rodeaban.
Le arrancaron una hombrera de la chaquetilla, dejándole el traje hecho un harapo. Ahora está de moda llevarse un trozo del vestido a casa como “recuerdo”. Gracias a Dios que a Talavante no le arrancaron ayer una oreja para llevársela de recuerdo.
Esta es una muestra más de la falta de educación y respeto que impera en las calles. Antes nadie osaba a tratar a un torero como a un muñeco o un don nadie. Había una admiración por ellos y las salidas a hombros eran igual de multitudinarias que ahora pero con más sabor y categoría.
Por encima de todo el toreo es una tradición que identifica al pueblo español, representando algunas de sus características singulares: el valor del héroe, la comunión toro - artista - público que lo convierte en un espectáculo único en el mundo, la reunión ritual de amigos y familias, y la belleza plástica que llega a emocionar (algunas veces).
ResponderEliminarPero por ser tan popular refleja el estado de ánimo y el nivel de civismo de esos participantes tan importantes que son el público. Y lo cierto es que parte de ese público antes, ahora y en el futuro son unos energúmenos, esa "otra España" oscurantista capaz de avergonzarnos a todos los compatriotas. Por eso hay que encararse a ellos y reprocharles a la cara su falta de civismo, y si es necesario, prohibirles la entrada en la plazas de toros, como los hooligans a quienes tanto se les parecen.¡Que se vayan con ellos al fútbol!
Es inaceptable que unos cuantos (que no son pocos) deterioren la imagen de una fiesta tan importante para todos, porque si algo tiene un verdadero taurino es una sensibilidad muy desarrollada, y si algo caracteriza a un taurino como es debido es la dignidad, porque esta es una fiesta en la que debe de prevalecer el honor, el rito y la trascendencia de quien se va a arriesgar la vida para tratar de emocionar al pueblo que ha acudido a verle.
Ignacio Suárez.Zuloaga