Me motiva hablar del arte del toreo y del rito de la lidia
con personas que opinan que los toros son una salvajada y una tortura
inmisericorde.
Convencerse mutuamente de que cada parte tiene la razón es
imposible. Las creencias opuestas son tan fuertes que resulta imposible un
viraje de opinión.
El sufrimiento del animal, lo ancestral del espectáculo, la
sangre, las puyas, las banderillas, el divertimento enloquecido en torno a la
muerte son argumentos de los defensores de los animales. ¿Quien puede demostrar
que el toro sufre o no?
Los taurinos defendemos el arte, la creación de la nada, el
baile del toro y el torero. Defendemos a una especie única que subsiste por las
corridas y que permite un espectáculo sin igual. Creemos que es un arte con
mayúsculas lleno de estética y emoción. Creemos en la tradición y en el arraigo
como seña de identidad nuestra.
Ellos abogan y trabajan por su abolición. Nosotros para que
dure y para que se extienda para que otros la conozcan y lleguen a sentir lo
que es una corrida de toros. ¿Están locos o enfermos los que disfrutan y pagan por ver una corrida de toros? Son unos enfermos mentales y unos sádicos con sed de sangre y muerte.¿O tal vez odian a los animales? La respuesta es obvia y contundentemente negativa.
El tiempo lo dirá. Los toros se acabarán cuando la gente
deje de ir a las plazas y no cuando lo decidan los políticos o las corrientes animalistas,defensoras de los animales.
Tengamos la fiesta en paz, unos y otros. Y tengamos respeto
a todas las opiniones y que cada uno haga lo que quiera con su tiempo, con su
dinero y con su vida.
La emoción y la alegría tras una buena tarde. |
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