EL FINAL DE UNA DINASTIA.

LOS HERMANOS RIVERA SE RETIRAN DE LOS RUEDOS.

Fue primero Cayetano el que tras torear en Hellín anunció por sorpresa su retirada del toreo a primeros de Octubre. Apenas diez días después su hermano Francisco hizo lo mismo en Zaragoza sin previo aviso.

De la noche a la mañana desaparecen dos toreros de histórica dinastía; rentables para muchas empresas y plazas de tercera. Los hermanos han levantado más expectación entre el falderío que entre los aficionados. Más papel rosa que revisteo taurino.

Sus carreras han sido distintas y distantes en logros.

Cayetano se ha ido con más pena que gloria. Fueron muchos los que en sus comienzos se atrevieron a decir que poseía la clase de su abuelo, Ordóñez. Que tenía la raza de su padre y demás osadías. El tiempo ha demostrado que ni mucho menos. Torero de justito valor, escasa técnica y poca capacidad. A pesar de haber sido llevado entre algodones por su tío Curro Vázquez su caída libre ha sido notoria. Numerosos porrazos y cornadas y el ayuno de poder ante los toros le han llevado a colgar el vestido de torear. Tal vez tenga más futuro en otros mundos y con otros “vestidos”. Se le veía sufrir delante del toro últimamente. Pasando malos ratos delante de los animalitos que mataba en esas plazas de pequeña categoría donde era habitual. A pesar de los toritos elegidos, Cayetano no andaba feliz ni resuelto. Se acabó el proyecto, se acabó la gasolina. Hace bien en tomar esta decisión y es probable que triunfe más en otros escenarios.
 

Francisco es un caso distinto.Ha sido mejor torero que su hermano. Tampoco para tirar cohetes. Dieciocho años y más de dos mil corridas toreadas. Sus primeros años fueron respetables. Dando la cara en las plazas de primera y compitiendo con las figuras. Más compacto en su toreo y con más valor consiguió triunfos y actuaciones importantes. Pero pronto su carrera derivó por los derroteros del toreo fácil y sin compromiso. Plazas de tercera y público mediático. Ahí se ha refugiado en los últimos años. Hace mucho que los aficionados no esperaban nada de él porque sabían que ya no se arrimaría como al principio.

Lo de anunciarse Paquirri fue la guinda del pastel de su final como torero.

Nadie conoce los motivos de su marcha después de ser uno de los que más ha toreado estos últimos años. Otra cosa sería ver por cuantos euros lo hizo.

 

En cualquier caso las empresas pierden dos toreros rentables para llevar público morboso y de aluvión a las plazas. Pero los aficionados al toreo no los echarán de menos el año que viene.