Una pregunta que se hace habitualmente entre aficionados es si se torea hoy mejor que nunca. Muchos dicen que hoy se torea más perfecto, más bonito y con más estética que en otros tiempos.
Seguramente sea verdad. Yo en cierta forma asi lo creo.
Pero ¿se torea con más verdad que en otros tiempos? Eso ya es harina de otro costal.
Los grandes críticos del siglo XX; Cañabate, Pepe Alameda, Corrochano o Joaquín Vidal entre otros dejaron amplios y minuciosos escritos teóricos sobre el toreo y su técnica. Ninguno se puso de acuerdo y a menudo cayeron en profundas contradicciones.
Unos dicen que el toreo moderno empieza con Belmonte que se queda quieto para torear con los brazos. Otros que Joselito fue el auténtico revolucionario del poderío y el dominio. Tal vez los ambos fueron los monstruos que pusieron las bases del toreo moderno. Es a partir de ellos cuando todo evoluciona hasta lo que vemos hoy.
Quiero en este punto decir que los más indicados para hablar del toreo son los toreros que se ponen delante del toro. Pero también los aficionados podemos opinar de lo que vemos cuando estamos en el tendido.
Hoy en día vemos interminables faenas de muletazos monótonos y repetitivos, donde muchos toreros parecen copias de serie unos de otros.
Los pegapases abundan por doquier y las trampas en el toreo se jalean como jamón del bueno. Retrasar la muleta en el cite, el toreo despegado y de perfil , el abuso del pico, el codilleo, el uso de engaños descomunales, el desplazar las embestidas lejos del cuerpo se aplauden con entusiasmo.
Es indudable que cada vez hay menos toreros con personalidad propia y es muy frecuente la ausencia de torería.
El capote ha pasado a la historia para muchos matadores que no saben ni cogerlo. La gran cantidad de lances y suertes han caído en desuso y nos tenemos que conformar con cientos de naturales y derechazos.
De ahí el bostezo de los tendidos. Si a esto le unimos un toro dócil que se traga cien pases y no tiene la casta propia de su raza, tenemos un espectáculo descafeinado y soporífero muchas tardes.
Afortunadamente de vez en cuando hay un torero entregado que se pone con pureza y con valor. Que cita con el pecho a los toros, que coge la muleta por el centro, que embarca la embestida y torea con los vuelos de la muleta y que vacia detrás de la cadera llevando al toro toreado. Cuando esto se hace ante un toro bravo y con raza que transmite emoción y peligro y además con arte, personalidad y torería el espectáculo es grandioso.
Torear es algo muy distinto a pegar pases. El toreo que siempre se tuvo por puro y auténtico ya no está de moda. Como tanta otras cosas en esta sociedad en la que muchos no distinguen una vaca de un toro.
¡Tienes más razón que un santo!
ResponderEliminarSe torea mas limpio y en linea que nunca, perdiendo la emoción de otras épocas.
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